Un parque industrial dedicado a las pymes está casi lleno: por qué lo buscan todos
La Universidad Austral, de la mano de la desarrolladora Taurus, abre su parque industrial a empresas pymes con un modelo de espacios flexibles y de tamaño a medida
La pandemia obligó a muchas empresas a cambiar su estrategia de negocios y metodología de trabajo. Entre muchas aspectos que se debieron redefinir, está la ocupación del espacio físico de trabajo.
Todo indica que la demanda de lugares más chicos, flexibles y compatibles con las nuevas tecnologías llegó para quedarse.
Al respecto, la Universidad Austral, de la mano de la desarrolladora Taurus Investment Holdings, busca potenciar sus espacios Flex, dentro del Parque Empresarial que habita en el corazón del campus de 26 hectáreas que esta unidad académica tiene en Pilar.
La propuesta fue diseñada para acompañar a las startups, pymes y multinacionales con espacios a medida.
Silvina Terroni, directora ejecutiva del Parque Empresarial Austral, cuenta que «en el mercado lo único que había era una oferta de espacios superiores a 1000 m2 en parques industriales que muchas veces están lejos del transporte público».
«Entonces decidimos probar con este producto que permite integrar en un mismo espacio toda la cadena de valor, todas las áreas corporativas y también las áreas de producción y logísticas en módulos flexibles desde 200 m2″, aclara.
María Luro, jefa de producto de Flex Space, argumenta que el éxito de la propuesta se debe a que «las empresas buscan cada vez más espacios flexibles y funcionales. Están disminuyendo sus activos físicos y buscan eficiencia. Además permite centralizar en una misma área diferentes usos de la compañía y estar en verdaderos ecosistemas de negocios, que impulsen interacciones positivas con la comunidad empresaria».
Hoy el complejo tiene más de 25.000 m2 construidos y 130 empresas y start-ups radicadas con un 90% de ocupación.
Luro asegura que «la pandemia le dio un excelente performance a este activo. Porque el 85% de las empresas están sufriendo un proceso de digitalización y requieren cada vez más este tipo de soluciones de espacios amigables porque son espacios de planta baja sin tantos espacios compartidos, tienen módulos de ingreso diferenciados y son espacios con muy buena altura y circulación de aire y ventilación».
Según estudios realizados por la Universidad, más de un 93% de la oferta inmobiliaria parte de superficies de 1000 m2 en adelante, con lo cual «vemos que hay un vació del mercado muy desatendido. Para esa demanda vemos que una solución son los galpones en zonas residenciales con todas las complejidades que ello lleva, con trabas de los municipios. Sumada a la traba de la imposibilidad de ampliarse por estar insertos en un centro urbano», agrega Terroni.
La superficie total de una nave modelo es de 1500 m2, por lo que los inquilinos pueden ampliar sus espacios hasta ese límite, si hubiera disponibilidad. También pueden unir distintos módulos en distintas naves.
La opción, asegura Terroni «es ubicarse en grandes naves industriales, siempre más alejadas de los centros consumo, que parten de 5000 m2 en adelante».
Estos espacios ya son un activo inmobiliario difundido en el mundo. En EE.UU. se pueden ver los buscadores inmobiliarios y en diferentes países de Latinoamérica ya se habla de los espacios ofi-bodegas.
Los valores para instalarse en el lugar varían según las necesidades. En 2020, el último edificio que se comercializó rondó valores de entre u$s 6 y u$s 8 el m2, aunque sin terminación y a precio promocional. Espacios de naves terminadas, en cambio, rondan los u$s 10 a 12 el m2.
Fuente: El Cronista (click aqui)